La cloroquina es un fármaco barato que se usaba como tratamiento de la malaria y gracias al cual se consiguió incluso erradicar la enfermedad en algunas zonas del Planeta. Descubierta a finales de la II Guerra Mundial, fue el principal agente antipalúdico hasta que en los años cincuenta se registró la resistencia del parásito, primero en Asia y Sudamérica, y más tarde en toda África.En 1993, Malawi abandonó este fármaco y al tiempo le siguieron otros países. En la actualidad se usan la sulfadoxina-pirimetanina (SP) como tratamiento de elección barato contra la malaria, además de la terapia combinada con artemisina (TCA).
Sin embargo, en un nuevo estudio publicado en The New England Journal of Medicine, la cloroquina demuestra que vuelve a ser capaz de luchar contra el parásito. El estudio, realizado con 210 niños de Malawi, muestra que la cloroquina funcionó en el 99% de los casos, mientras que la combinación SP sólo lo hizo en el 21%.
“Early studies had suggested that chloroquine-resistant malaria parasites were actually more fit than their chloroquine-sensitive counterparts, even in the absence of selective pressure. Few, therefore, anticipated that chloroquine susceptibility would return if the drug were withdrawn.”Según explican los expertos, las buenas políticas del país son las que han conseguido mantener la enfermedad controlada, de manera que las cepas existentes son de nuevo sensibles a la cloroquina y ésta se puede volver a usar. Sin embargo, se debe tener precaución, y no abandonar tan rápidamente la TCA pues pueden llegar parásitos resistentes a través de las fronteras.
New Scientist
El Malaria Journal publica otro estudio en este sentido. Según sus resultados sobre una población en Indonesia, la combinación de cloroquina con SP es tan eficaz como la TCA, mucho más cara.
Malaria Journal
Estos resultados son una buena esperanza en la lucha contra esta enfermedad pues se trata de un fármaco rápido y barato, y con escasos efectos secundarios (dermatológicos y visuales principalmente).
La cloroquina también se ha usados ocasionalmente en artritis reumatoide y lupus discoide por sus efectos antiinflamatorios, pero a dósis mucho más altas.
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